Viviendo tus valores, parte 1
He leído muchos libros que hablan sobre la importancia de comprender tus valores personales, dejando bien en claro lo que es más importante para ti en la vida. Pero al momento de escribir esto, no he encontrado una fuente que cubra este concepto increíblemente útil con suficiente profundidad. La mayor parte del material que he leído sobre valores te lleva a través de un proceso de obtención de tus valores actuales y luego te deja así. Sin embargo quiero profundizar más en este rico tema y mostrarte cómo conectar de manera inteligente tus valores con tus objetivos.
En la primera parte, te guiaré a través de un proceso paso a paso que te ayudará a obtener y priorizar tus valores personales. Es muy posible que ya tengas una lista porque es un ejercicio común que se encuentra en muchos libros de desarrollo personal. Sin embargo, te animo a leer este artículo porque estoy bastante seguro de que conseguirás ampliar tu comprensión en el tema.
Mi segundo objetivo es explicarte el proceso de vivir íntegramente tus valores, para que aprendas a usarlos conscientemente para tomar decisiones y ejecutar medidas. No tiene sentido descubrir tus valores y luego archivarlos y olvidarse de ellos. Esto lo veremos en Viviendo tus valores, parte 2.
¿Por qué importan los valores?
El beneficio principal de conocer tus valores es obtener claridad y enfoque. Esta claridad te debe servir para tomar decisiones consistentes y accionar en una misma dirección. Entonces, el propósito de descubrir tus valores es mejorar los resultados en aquellas áreas de tu vida que son realmente importantes para ti.
Los valores son prioridades que te dictan cómo utilizar tu tiempo, aquí y ahora. Hay dos razones por las cuales las prioridades son importantes para nuestras vidas.
La primera razón es que el tiempo es nuestro recurso más limitado; El tiempo no se renueva. Una vez que pasamos un día, se ha ido para siempre. Si desperdiciamos ese día, gastando nuestro tiempo en acciones que no producen los resultados que queremos, esa pérdida es permanente. Podemos ganar más dinero, mejorar nuestro cuerpo físico y sanar relaciones rotas, pero no podemos volver a vivir el día de ayer. Si todos tuviéramos una cantidad de tiempo infinito, entonces los valores y las prioridades serían irrelevantes. Pero al menos de momento, somos mortales con vidas limitadas, y si valoramos nuestra vida, entonces es lógico querer usarla de la mejor manera que nos sea posible.
Eres libre de decidir lo que significa "mejor" para ti. Si un estilo de vida te atrae más que otro entonces conocer tus valores será de gran beneficio para ti. Por otro lado, si te da igual la forma de vida que puedas llevar, o si consideras que cualquier estilo de vida es tan bueno como cualquier otro (príncipe o mendigo, atlético u obeso, santo o pecador), entonces puedes dejar de leer, no necesitas esta información. Pero la mayoría de las personas ciertamente prefieren y andan en busca de un estilo de vida por encima de otros.
La segunda razón por la que las prioridades importan es que los seres humanos tendemos a ser bastante inconsistentes en la forma en que invertimos nuestro tiempo y energía. La mayoría de nosotros se distrae fácilmente. Es fácil para nosotros caer en la trampa de vivir con diferentes prioridades todos los días. Un día haces ejercicio; al día siguiente te relajas. Un día trabajas productivamente; al día siguiente te golpea un poco de pereza. Si no mantenemos nuestras prioridades de manera consistente para llevar un rumbo claro y fijo, naturalmente nos desviaremos del rumbo y nos iremos por otro lado. Este tipo de vida produce malos resultados. Imagina un avión que va a donde se lo lleva el viento, ¿Quién sabe dónde aterrizaría? Y el vuelo en sí mismo probablemente sería estresante e incierto.
Por estas dos razones (tiempo limitado y un índice de distracción típicamente alto), conocer y vivir conscientemente nuestros valores se vuelve extremadamente importante. Los valores actúan como una brújula que nos ayuda a ponernos en curso todos los días, de modo que día tras día, avanzamos en la dirección que nos acerca más y más a nuestra definición de la "mejor" vida que podríamos vivir. Lo "mejor" es tu propio ideal, pero en general a medida que te acercas a este ideal, disfrutarás de tonos cada vez más positivos de "mejor", incluso si nunca alcanzas "lo mejor". Y esto tiene sentido porque muchos resultados en la vida son continuos. Hay algunos resultados específicos como casarse o no, pero la salud, el estado financiero, la intimidad en la relación y el nivel de felicidad son generalmente continuos, lo que significa que pueden mejorar o empeorar conforme pasa el tiempo. Es razonable que más salud, felicidad, riqueza, intimidad, paz interior, amor, etc. sean mejor que menos.
Aquí está la parte interesante: dado que nuestro tiempo es limitado, y dado que lleva tiempo avanzar hacia nuestros "mejores" destinos, generalmente no podemos alcanzar instantáneamente nuestro objetivo. Todavía no podemos aterrizar nuestro avión, todavía está en vuelo. Además, todos tenemos una definición diferente de lo que significa "mejor" para nosotros. Para algunas personas, la buena salud es una necesidad absoluta. Para otros, ser compasivo es lo más importante. Y para cada uno de estos valores, cada persona se encuentra a una distancia distinta para llegar a su objetivo. Así que imagina que hay un montón de aviones en el aire, cada uno en una ubicación de despegue diferente y cada uno con un aeropuerto de destino distinto. No puedes trazar un solo rumbo para aterrizar todos los aviones en su "mejor" aeropuerto. Cada avión requiere su propio curso individual.
Un ejemplo más humano: todos tenemos un estado de salud diferente en este momento, y todos tienen un ideal diferente para su "mejor" salud posible. Por lo tanto, el curso que cada persona toma desde su punto de partida hasta su mejor estado de salud será único.
Debido a estas diferencias individuales, algunos de tus "aviones" estarán mucho más lejos de sus aeropuertos que otros. Si deseas pesar 65 kg y actualmente pesas 70, este avión está a la vista de su aeropuerto y se está acercando a la pista. Si quieres convertirte en millonario y estás en bancarrota con bajos ingresos, ese avión está mucho más lejos.
Como no puedes hacer todo a la vez, debes priorizar qué aviones son más importantes para ti. Es posible que no puedas aterrizarlos todos en el transcurso de tu vida porque para empezar no sabes cuánto durará tu vida; ni puedes estar seguro de cuánto tiempo llevará aterrizar cada uno de estos aviones. Pero ten en cuenta que cuanto más cerca esté cada avión de su aeropuerto, mejor será esa área de tu vida.
Ahora comencemos el proceso de ...
Obtener tus valores
Aquí hay un método paso a paso para crear tu propia lista de valores personales. Quiero advertirte que esto puede ser un proceso lento y requerirá de concentración. Entonces, si este no es un buen momento para hacerlo, siéntete libre de leerlo y completarlo cuando puedas dedicarle tiempo. Es un trabajo duro, pero vale la pena el esfuerzo.
La pregunta que debes hacerte es esta: ¿Qué cosa es realmente importante para mí en la vida?
Haz una lluvia de ideas de una lista de valores como respuestas a esta pregunta. Intenta reducir tus respuestas a una o dos palabras que encapsulen cada respuesta. Por ejemplo, si una de tus respuestas es "tener una carrera exitosa", entonces podrías reducir eso al valor de "éxito".
Para facilitarle esta tarea, he reunido una extensa lista de valores que puedes usar para ayudar a construir tu propia lista. No te preocupes por el orden de tu lista todavía o por la cantidad de valores. Simplemente anota todo lo que se te venga a la mente.
Entonces, podrías terminar con una lista que se parece a la siguiente:
- Amor
- Salud
- Riqueza
- Comodidad
- Diversión
- Felicidad
- Éxito
- Aprendizaje
- Paz
- Intimidad
- Aventuras
- Seguridad
No existe una regla estricta sobre la longitud de tu lista, pero generalmente prefiero una lista en el rango de 10-15 valores. Si tienes más que esto, considera eliminar los valores marginales que figuren en tu lista, o combina varios valores que sean casi idénticos en una sola línea, como Logros / Éxito.
Priorizando tus valores
El siguiente paso es priorizar tu lista. Este suele ser el paso más lento y difícil porque requiere de pensamiento y consideración intensa.
Mi método preferido para priorizar mi lista de valores es identificar el valor superior, luego el segundo valor más alto, y así sucesivamente hasta que haya reconstruido toda la lista en orden de prioridad de arriba a abajo. Entonces, puedes comenzar haciéndote estas preguntas: ¿Cuál de estos valores es realmente el más importante para mí en la vida? Si solo pudiera satisfacer uno de estos valores, ¿cuál sería? La respuesta a esta pregunta es su valor número uno. Luego, regresa a la lista y pregunta qué valor restante es el siguiente más importante para ti, y así sucesivamente, hasta que hayas reestructurado toda la lista por orden prioridad.
A veces, el valor de mayor prioridad será obvio para ti. En otras ocasiones, tendrás que decidirte entre algunas opciones, y a veces será difícil determinar cuál es realmente la más importante. Cuando eso suceda, te recomiendo inventar un escenario ficticio para cada valor y luego comparar estos escenarios.
Por ejemplo, si estás tratando de decidir entre aprender o tener paz, puedes preguntarte: "¿Qué preferiría hacer: leer un libro o meditar?" Este ejemplo supone que leer un libro llenaría tu valor de aprendizaje y que la meditación satisfaría tu valor de paz, cada uno aproximadamente en el mismo grado. Por lo general, encuentro que cuando creo escenarios para los valores difíciles de priorizar, el orden de prioridad se vuelve claro.
Entonces, digamos que hemos ordenado nuestra lista anterior, y terminamos con la siguiente lista:
- Paz
- Amor
- Intimidad
- Seguridad
- Comodidad
- Felicidad
- Diversion
- Salud
- Aprendizaje
- Aventuras
- Riqueza
- Éxito
¿Qué me puedes decir sobre esta persona? Cuando conoces la jerarquía de valores de una persona, hay una buena posibilidad de predecir su comportamiento. Si esta persona vive fiel a sus valores, llevará una vida centrada en la paz, el amor y la intimidad por encima de todo. Sus relaciones (tanto con si misma, como con los demás) serán extremadamente importantes para ella, y nunca pondrá el éxito profesional por encima de su familia.
Por otro lado, supongamos que esta persona priorizó sus valores en el orden exactamente opuesto:
- Éxito
- Riqueza
- Aventuras
- Aprendizaje
- Salud
- Diversión
- Felicidad
- Comodidad
- Seguridad
- Intimidad
- Amor
- Paz
¿Qué tipo de persona es esta? Ahora tenemos a alguien que probablemente esté muy orientado a la carrera, tal vez un emprendedor. Llevará una vida muy diferente a la persona con paz como su principal valor. Tener éxito y hacerse rico es más importante para esta persona que las relaciones personales, por lo que si tiene la opción de avanzar en su carrera o irse de vacaciones en familia, casi siempre dará prioridad a su carrera.
Quiero decir nuevamente que este es un proceso difícil y desafiante. Estas no son decisiones fáciles de tomar. Si aparece un valor en tu lista, entonces es importante para ti. Al priorizar tus valores conscientemente, podrás confiar en ellos cuando necesites tomar decisiones importantes en el futuro. Si tienes claro que lo más importante para ti en la vida es experimentar la paz interior, entonces será más fácil para ti decir no a las cosas que te alejan de la paz.
Ahora que has resuelto tu propia jerarquía de valores, puede parecer que acabas de desbloquear algo importante. Muchos libros que cubren valores lo tienen como algo de suma importancia. Pero en mi experiencia, esta lista en particular no es realmente tan importante. Esta lista solo te dice los valores que han sido condicionados en ti, por tu educación y por la sociedad. En términos de la analogía de nuestro avión, esta lista te dice a dónde se dirigen tus aviones actualmente. Pero puede que esta no sea la dirección en la que deseas que continúen esos aviones.
Reexaminando tus valores
Ahora viene la parte realmente interesante. No tienes que seguir viviendo con los mismos valores. Puedes cambiarlos conscientemente, incluso radicalmente si lo deseas. Puedes pasar de ser una persona que valora más la paz a una cuya principal prioridad es el éxito, o viceversa. No eres tus valores. Eres el dueño de tus pensamientos, pero no eres los pensamientos mismos. Tus valores son solo tu brújula actual, no son tu verdadero yo.
¿Es realmente posible que puedas cambiar conscientemente tus valores? Sí lo es. Eso quedará claro en la parte 2 de este artículo cuando exploremos cómo vivir conscientemente según tus valores. Pero por ahora, abordemos esta pregunta primero: ¿por qué querrías cambiar tus valores?
Es posible que desees cambiar tus valores cuando entiendas a dónde te llevan, y te des cuenta de que lo que pareces valorar en este momento no te permitirá disfrutar de la "mejor" vida posible para ti. Tu "mejor" vida es tu visión de todos los destinos que deseas alcanzar: el mejor destino final que puedas imaginar para ti. Pero tus valores son solo un indicador de la dirección a la que te diriges en este momento. Y en la mayoría de los casos, estas dos cosas son incongruentes, lo que significa que tus valores actuales no están alineados con el curso de tu mejor vida.
Quiero que te tomes un momento ahora mismo para ponerte en contacto con lo que esto significa para ti personalmente. Si sigues viviendo según tus valores actuales, puedes esperar obtener resultados similares a los que ya estás obteniendo, posiblemente un poco mejor si los aplicas de manera más consciente. Pero lo más probable es que haya una parte de ti que no esté satisfecha con el lugar donde terminarás si sigues este mismo curso. ¿Cuáles son los "aeropuertos" por los que tus aviones simplemente pasarán pero en los que nunca aterrizarán? ¿Nunca experimentarás una relación íntima y amorosa? ¿Nunca tendrás hijos? ¿Nunca te volverás rico? ¿Nunca desarrollarás un cuerpo físico extraordinariamente enérgico? ¿Nunca viajarás por el mundo? ¿Nunca podrás ayudar a tu causa favorita? ¿Nunca sentirás que estás viviendo de acuerdo con tus creencias espirituales?
Ahora, ¿Qué pasaría si todos estos "nunca" de repente pudieran ser posibles para ti? Pueden ser posibles si cambias tus valores. Y aquí está la clave: no necesitas mantener los mismos valores durante toda tu vida. Puedes cambiarlos tantas veces como quieras. Personalmente reescribo mi propia lista de valores cada 3-6 meses.
Cuando cambias tu lista de valores y actúas conforme a ella, cambia tu comportamiento y, por lo tanto, tus resultados. Y esto puede conducir a nuevas experiencias increíbles. Por ejemplo, si tu valor más alto es la salud y ya te encuentras en una condición física sobresaliente, ¿Qué sucedería si cambiaras tu valor más alto por el de riqueza? Reducirías tus entrenamientos por un tiempo e invertirías una tremenda energía para hacerte rico. Tu inversión en salud se reduciría un poco, pero a corto plazo, probablemente no hará una gran diferencia. La salud aún puede ser uno de tus principales valores, pero ya no es el número uno. Así que ahora al concentrarte intensamente en tu nuevo valor máximo de riqueza, eventualmente lograrás convertirte en rico. Pero eventualmente a medida que te vuelves muy rico, ganar más y más dinero más allá de cierto punto puede que ya no te sirva. Ahora decides cambiar tu valor superior a la compasión, así que sales y usas tu yo sano y rico para ayudar a los demás. A través de este proceso de cambio consciente de tus valores, has pasado de ser una ratón de gimnasio a luego ser un emprendedor a finalmente un filántropo. Has vivido una vida increíble. Pero si siempre mantienes tus valores originales, solo experimentarás el ser un ratón de gimnasio durante toda tu vida. Y la mayor parte de tu verdadero potencial permanecerá sin explotar.
Cambiando tus valores
Entonces, ¿Cómo puedes cambiar tus valores? Pasas por un proceso muy similar de listado y priorización, pero ahora lo haces con tus destinos: tus objetivos. No voy a repetir el proceso con tanto detalle aquí porque es exactamente el mismo que el anterior. Simplemente repite los pasos anteriores con tus objetivos en lugar de tus valores. Aquí hay una lista de objetivos de muestra:
- Reducir mi peso a 65 kg
- Hacerme millonario
- Mudarme a San Diego
- Convertirme en un inversor inmobiliario
- Viajar por todos los países de Europa
- Enamorarme y casarme
- Dar un discurso frente a 5000 personas.
- Hacer paracaidismo
- Participar en una película
- Visitar la luna
- Correr una maratón
Así que de nuevo, escribe tus objetivos. Decide cuáles son realmente más importantes para ti. Priorizarlos. Y en este caso está bien si tienes más de 10 o 15. Más de 100 está incluso bien; solo te tomará más tiempo priorizarlos.
Estas metas representan las experiencias que sientes que son parte de la "mejor" vida que podrías vivir. No me refiero a una buena vida o incluso una gran vida, me refiero a la mejor vida. Si una vida en la que nunca viajaste por Europa no sería lo mejor para ti, entonces es mejor que incluyas ese objetivo en tu lista.
Volviendo a la analogía de nuestro avión nuevamente, esta lista de objetivos representa tu lista de aeropuertos. ¿Ahora ves el problema de tener una lista estática de valores a lo largo de toda tu vida? Una lista única de valores nunca te permitirá alcanzar todas estas paradas diferentes. Los valores que te harán millonario probablemente no sean los mismos que te casarán. Y los valores que te enviarán al paracaidismo no son los que te ayudarán a convertirse en un inversor inmobiliario. En algún momento de tu vida, deberás concentrarte intensamente en uno de estos objetivos y dejar que los demás se deslicen.
Si no enfocas tu energía en los objetivos que son realmente importantes para ti, algunos desaparecerán y eso es un precio muy alto. Puedes tener éxito en tu carrera y nunca casarte. O puedes casarte pero nunca disfrutar de un buen estado físico. Piensa en los objetivos grandes y significativos que ya has logrado. ¿No tuviste que pasar por un período en el que alcanzar ese objetivo se convirtió en tu máxima prioridad por un tiempo? Y en el proceso (probablemente inconscientemente) cambiaste tus valores para adaptarte a ese objetivo. Recuerdo que durante los seis meses antes de casarnos, mi prometida entró en modo de planificación de bodas. Sus valores principales durante este tiempo se convirtieron en cosas como organización y preparación, pero después de nuestra luna de miel, esos ya no eran sus valores principales. Ya no eran necesarios hasta tal grado.
Ahora que tienes tu jerarquía de objetivos, elige uno o dos objetivos principales y fabrica una lista de valores que te llevará a alcanzarlos. Supongamos que tu lista de objetivos tiene la prioridad anterior, por lo que tu objetivo número 1 es reducir tu peso a 65 kg. Para lograr este objetivo, puedes hacer de la Salud tu valor # 1. Luego puedes hacer que la autodisciplina sea tu valor # 2, por lo que te apegarás a tu programa de dieta y ejercicio. Y luego aprender puede convertirse en tu valor # 3, por lo que pasarás tiempo educándote sobre una dieta y nutrición adecuadas. Debes diseñar estos valores en función de tus propias circunstancias personales. Al igual que cualquier habilidad, esto requiere práctica, pero con el tiempo te volverás cada vez mejor en el diseño de tus valores para adaptarte a tus objetivos.
Siempre que alcances un objetivo importante, es un buen momento para seleccionar un nuevo objetivo y actualizar tu lista de valores para acomodarlo. Una vez que hayas corrido el maratón, puedes moverte a otra cosa, como convertirte en millonario, entonces puedes descuidar tu salud unos pocos puntos mientras empujas valores como la riqueza, el éxito y el coraje para la parte superior de su lista para ayudarte a enfrentar el próximo desafío.
La mayoría de los libros que he leído que hablan sobre valores sugieren que tus objetivos deben provenir de tus valores. Recomiendo el enfoque opuesto: que obtengas tus valores a partir de tus objetivos. He pasado años tratando de usar el primer enfoque, y el único resultado que obtuve fue mucha frustración. Siempre sentí que me faltaba algo porque mi lista de valores estáticos no me permitía alcanzar ciertos objetivos. Eventualmente descubrí que las metas son lo primero, y luego los valores pueden adaptarse para ajustarse a esas metas; cuando se alcanza un objetivo, se puede crear una nueva jerarquía de valores. La analogía del avión deja muy clara esta distinción: antes de que establezcas el rumbo para tu avión, primero debes determinar el aeropuerto donde aterrizará. Si estableces el rumbo sin conocer el destino, experimentarás una tremenda frustración al intentar que tus aviones aterricen donde crees que deberían hacerlo.
Si deseas leer un ejemplo de cómo cambié conscientemente mis valores cuando cambiaron mis objetivos principales, puedes disfrutar leyendo esta actualización de valores.
En Viviendo tus valores, parte 2, aprenderás cómo aplicar conscientemente tu lista de valores para tomar decisiones y alcanzar tus objetivos.